Cómo lograr que tu evento no quede en el olvido.
Si quieres que tu evento destaque, conviértelo en una experiencia que apele a las emociones de tus invitados. Hoy te compartimos unos tips de cómo conseguirlo.
¿Has sentido que vivimos en un mundo muy rápido en el que recibimos una cantidad enorme de información todos los días? En la oficina, en la casa, a través de las redes sociales, la televisión y tantos más.
¿Porqué será que al terminar el día nos acordamos de algunas cosas que vimos o escuchamos, y de otras no? ¿Cuáles son las experiencias que nos quedan más grabadas que otras, y de qué forma podemos aplicar esto para que los participantes de nuestros eventos no solo se vayan conformes, sino lo recuerden a largo plazo?
La clave está en las emociones. Nosotros, las personas, guardamos aquellos recuerdos que nos provocaron emociones, tanto negativas como positivas. La idea, entonces, es generar instancias a lo largo de nuestro evento, que gatillen una reacción emocional positiva en el participante y que lleve a que viva una experiencia personal, además de la laboral.
¿Cómo lo logramos?
El contacto personal es fundamental para crear una experiencia emocionalmente agradable. Más allá de solamente entregarle información al interesado, podemos proporcionarla de una forma cálida, con una sonrisa genuina, incluso con una bromita.
Al igual que el humor, también el contacto físico permite una conexión personal instantánea entre dos personas, siempre y cuando la situación lo permita. Por un momento muy breve, por ejemplo, le podemos tocar el hombro o el brazo levemente a una persona mientras la guiamos a su asiento.
Por el otro lado existen herramientas que podemos tener en cuenta al planear nuestro evento: Un coffeebreak o un almuerzo distinto a lo común para crear una experiencia culinaria.
O bien, una breve referencia a la historia del lugar del evento durante las palabras de bienvenida, que permite una vinculación cultural de nuestras visitas con el evento. Aquí podemos aludir, por ejemplo, al contexto histórico del Centro de Eventos en sí, del barrio o de la ciudad en el que se ubica, invitando a nuestros invitados a sentirse parte del lugar.
Las intervenciones artísticas, sean musicales o de humor, apuntan directamente a la apertura emocional de los participantes, permitiendo que toda la información entregada a lo largo del evento, sea recepcionada con mayor apertura y, de esta forma, quede guardada en la memoria del invitado.
El marco acogedor que apoya esta experiencia personal, lo generamos a través del lugar que elegimos para realizar el evento, escogiendo un lugar cómodo y optimizándolo a través de la iluminación y decoración para aumentar la sensación de bienestar de nuestras visitas.
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